En el post anterior hicimos una introducción al peliagudo tema de los duelos, su proceso, elaboración y demás. Comenzamos hablando de la idea generalizada de que todos debemos transitar el duelo de un modo establecido, como si fuera una ruta única, con paradas establecidas y estados de ánimo predecibles. La investigación reciente de la Ps. Positiva viene a demostrar que esto no es tan así. Para algunas personas sí podría aplicar pero no para todos. Lo más importante, además, es que si no seguimos esa supuesta ruta no nos va a pasar nada malo o grave y no significa que estemos haciendo algo de modo incorrecto.
Los psicólogos españoles Carmelo Vázquez y Mª Dolores Avia en su libro «Optimismo Inteligente» son los que me inspiraron para compartir con ustedes este tema y sus conclusiones. Ya hablamos de que la depresión tras una pérdida no es inevitable. Si bien es probable, no es esperable que todos se depriman tras una perdida.
MITO 2:
El malestar es necesario, tras una pérdida, e indica buena salud mental.
Recuerdo en una ocasión en que un amigo había sufrido una pérdida muy importante y un conocido se me acerca en el velatorio y preocupado me dice: «Fulano está muy bien, no le ha caído la ficha, va a ser peor si no le ayudamos.» La idea del conocido era que «ayudase» a mí amigo a estar peor… lo cual desde el inicio suena muy extraño.
El psicólogo John Bowlby, padre de la teoría del apego, nos hablaba de dos tipos de duelo patológico: el crónico y el ausente, en este mito hablamos del duelo ausente. Otros autores e instituciones de salud mental, recomiendan «ayudar» a quienes «no muestren signos de haber iniciado el duelo.» (p. 246). La psicología tradicional cree que la ausencia de malestar es patológica de por sí y la relaciona con una supuesta negación de la realidad. El sujeto no estaría comprendiendo cabalmente la irreversibilidad de la muerte por ejemplo.
Podríamos argumentar que tanto Bowlby como el resto de la psicología tradicional parten de la idea errada de que el sufrimiento es «necesario» y no tenemos ninguna investigación moderna que abale tal idea. Sólo se sustenta en el sentido común, y en este caso, no es suficiente. La visión tradicional considera a la depresión en este caso como terapéutica. Puede ser que lo sea en ocasiones, pero no en todos los casos y desde luego no podemos desde nuestro rol promoverla. Por lo contrario, investigaciones recientes demuestran que aquellas personas que sí sintieron una depresión tras una pérdida aumentan mucho sus chances de permanecer deprimidas meses e incluso años después del suceso.
Investigaciones llevadas adelante por: Lund y cols (1985-1986), Bornstein (1973), Vachon y Rogers (1982) y Bonanno (2002) en viudos y viudas demostraron que aquellos que manifestaban una mayor respuesta depresiva, malestar, indefensión, soledad, etc. aumentaban sus posibilidades de malestar psicológico meses después. Por lo contrario, los estudios también demostraron que aquellos viudos que no manifestaron inicialmente reacciones de malestar severo inicialmente, tampoco sufrían posteriormente depresiones o crisis. Lo cual viene a barrer con la idea de que si inicialmente no estás mal estarás mucho peor al tiempo.
Wortman y Silver en 1987 y 2002 (Citado por C. Vázquez p. 249) investigaron a 124 padres que habían perdido a un hijo. Se los entrevistó a las tres semanas, tres meses y al año y medio posteriores a la pérdida. Los padres que manifestaron síntomas de depresión a las tres semanas o tres meses continuaban deprimidos, en su gran mayoría al año y medio posterior. En cambio, de aquellos que no manifestaban síntomas depresivos las primeras semanas y meses sólo el 2,5% estaba deprimido a los 18 meses. Se concluyó que la depresión y el malestar inicial no es necesariamente una etapa y no transitarla no te predispone para situaciones peores en el futuro.
Este mito disminuye la confianza en la capacidad humana de ser resistente y resiliente ante situaciones traumáticas. La depresión y malestar sólo viene a sumar dolor a una situación de por sí dolorosa, no contribuye y sobretodo no previene males mayores.
Les deseo una buena semana.
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Miembro de la Asociación Internacional de Psicología Positiva
Lic. Roberto Martínez Hernández
Psicoterapeuta individual y parejas.
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