El área de la psicología positiva que se dedica a la educación viene creciendo año a año y Uruguay no es la excepción. Siempre que imparto mis talleres de introducción hay personas dedicadas a la educación, en distintos niveles que se interesan por las aplicaciones que esta rama provee a docentes y psicólogos.
Días atrás nos visitó Ricardo Arguís (en la foto), licenciado en Psicología y doctor en Pedagogía de la Universidad de Zaragoza, quien fue invitado por la UDELAR para hablar del programa «Aulas Felices» que integra y desarrolla. Si bien no pude concurrir a la disertación porque no tuve la información oportunamente, la periodista Leticia Castro de La Diaria sí estuvo e hizo una muy completa nota sobre el programa que les recomiendo.
https://educacion.ladiaria.com.uy/articulo/2019/10/el-programa-aulas-felices-busca-promover-el-bienestar-psicologico-y-reducir-la-agresion-escolar/
Días atrás impartí un taller en el Liceo de Empalme Olmos a estudiantes de entre 15 y 18 años. Fue un momento muy ameno y se desarrolló a partir de explicar al comienzo un poco de lo que es la Psicología Positiva, su enfoque en los recursos y fortalezas que tenemos, para tener una visión más completa de la persona y no sólo una clara visión de nuestros problemas o flaquezas.
Los estudiantes tenían una muy clara idea de sus dificultades, dónde no les iba bien, qué materias les complican. En cambio, a la hora de compartir cuáles eran sus puntos fuertes el silencio reinaba, y tras pensar salía una titubeante respuesta: a mi me gustan las letras, con los números me defiendo, etc. Respuestas que no eran ni por asomo firmes o convincentes.
¿Cómo elegir una orientación adecuada si no conocemos nuestras fortalezas?
La verdad que si bien la mayoría de nosotros hemos tomado estas decisiones de un modo intuitivo hoy en día tenemos herramientas que nos ayudan a conocernos y permiten ayudar a tomar una decisión mucho más acorde a nuestros intereses, a lo que se nos da bien, nos gusta y provee bienestar.
https://www.viacharacter.org/
El programa Aulas Felices se implementa con éxito en varios países pero sin ser sistemático o un objetivo explícito del programa educativo, esperamos que pronto así lo sea. Yo veo que tiene algo de lo que señalaba Kim Cameron sobre la desviación positiva, va tornando al proceso educativo en una experiencia más amable para todos los implicados: educandos y educadores.
El estudiante a partir de conocer sus fortalezas incrementa sus posibilidades de aprender más, tener flow, concentrarse más y obtener mejores resultados generales que le permitan a su vez afrontar con más autoeficacia las materias que más dificultad le generan. Por otra parte, conocer nuestras fortalezas personales es útil para ver desde otro punto de vista a la materia que nos ocasiona dificultades. En la nota de La Diaria, señalaba el Lic. Arguís que la matemática podría ser problemática, pero si tenemos como fortaleza «aprecio por la belleza», ver la belleza de los números, las gráficas o la geometría podría ser una nueva forma de acercarnos a algo que tradicionalmente nos dio problemas pero que no habíamos afrontado desde la perspectiva de nuestras fortalezas.
Para el docente el proceso de siempre destacar lo negativo, luchar contra las dificultades y problemas del alumno y de él mismo es mucho más desgastante. Le incrementa mucho el estrés laboral y sabemos que la docencia es una de las profesiones más proclives al «burn out». Trabajar con el recurso, con lo que le gusta y naturalmente se le da bien genera mucho bienestar y eso se trasmite a todo nuestro ser. Nos calma, nos reafirma, nos sentimos más fuertes y capaces. Nos prepara para el éxito que seguramente vendrá.
Les animo a leer el artículo de La Diaria así como a conocer sus fortalezas personales. Aguardo sus comentarios.