Estamos en época de Fiestas Tradicionales: Noche Buena, Navidad, Fin de Año y Año Nuevo. Unos días después Reyes, pero a los pobres se los comió la maquinaria publicitaria de Papá Noel. En nuestra sociedad sostenida por el consumo, Papá Noel es mucho más redituable que los Reyes que sólo tienen a los niños, como público objetivo.
En estas fechas es común oír en la consulta, en la cola de la panadería o en ómnibus: «otra vez las fiestas, estoy deseando que pasen». Se lo puede oír en todo tipo de personas, pero más que nada en mayores de 40 y me parece que más en mujeres que en varones. No tengo fundamento para esta afirmación más que mi impresión. Pero las mujeres son más expresivas de afectos y sentimientos, en cambio a los varones nos cuesta un poco más y no solemos compartir abiertamente nuestro malestar.
Estas fechas son poco queridas por muchos porque suelen reactivar los «duelos de aniversario». Este tipo de duelos es un poco diferente a los clásicos y de los cuales hemos hablado en muchas ocasiones en este blog. Cuando nos acercamos, estamos o pasamos la fecha en que falleció un ser querido o sucedió un evento adverso reactivamos una afectividad muy específica y similar a la de una duelo clásico. Vamos reviviendo los mojones que fueron conduciendo al desenlace, revivimos los últimos momentos y nos repetimos una vez más: si hubiera… como si cambiar el pasado fuera posible y como si nosotros por medio de algún poder mágico hubiéramos podido cambiar el final que hoy conocemos. No podríamos haberle dicho que fuera al médico, que dejara de fumar o que tomara por otra ruta, no teníamos modo de saberlo y las decisiones tomadas en aquel entonces, son por lo general, las únicas que podríamos haber tomado. Este juego mental en donde interpelamos al pasado como si fuera el presente y nos recriminamos por no hacer algo siempre termina mal. Nos sentimos muy frustrados, tristes y culpables de no haber hecho lo que no podíamos evitar. Cada año, esta situación se repite en nuestra cabeza. Habitualmente va perdiendo intensidad y nuevas rutinas van instalándose e intercambiando.
En las Fiestas tenemos una variante de los «duelos de aniversario». La tristeza o malestar no se activan por la fecha de la pérdida (salvo que coincida) sino por la ocasión en la que toda la familia solía reunirse, por ejemplo. Alguna personas son más proclives a este modo de pensamiento, pero muchas pasamos por estos momentos. La diferencia es cuanto tiempo permanecemos en este estado, oyendo esta conversación interna. Personas más optimistas tenderán a desestimarlos pronto y pasar a ocuparse de lo que vendrá, tenderán a apreciar más lo que tienen, saborear lo logrado y no tanto a lamentar las faltas o añorar un pasado mejor que no volverá.
La reflexión que les quiero dejar es que si bien hay muchos imponderables y situaciones difíciles, una gran parte de nuestro bienestar depende de lo que nos digamos e interpretemos la realidad. Ése es nuestro punto fuerte, conservar el control, buscar otro punto de vista, preguntarse cómo vería lo que me pasa otra persona, etc. No nos quedemos con nuestra única opinión, puede estar llevándonos al malestar.
La Fiestas con todo su ritual nos dan mucho bienestar si lo pensamos, por algo año tras año las hacemos, deseamos, etc. Son una gran oportunidad para sentirnos mucho mejor si lo podemos apreciar, les dejo unos tips…
Las Fiestas son una oportunidad:
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de reencontrarnos con rutinas, sabores, olores y colores queridos.
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de cocinar, comer, compartir o sugerir recetas especiales.
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de ver gente que sólo vemos en estas fechas, (si son personas queridas)
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de agradecer que a algunos sólo los vemos en estas fechas, ( si son personas no tan queridas o tóxicas).
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de ver las sonrisas de los niños y de sorprendernos riendo.
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de agradecer a quienes nos ayudaron en el año.
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para hablar con personas que tratamos poco pero apreciamos.
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para expresar más nuestros afectos y sentimientos.
Finalmente: Recuerden que si bien la temporada dura un mes, los eventos suelen ser de unas pocas horas y no vale la pena complicarse por unas horas.
Les deseo a todos los lectores de este blog unas felices Fiestas Tradicionales, que haya en sus vidas mucho sentido de propósito y experiencias placenteras. Recuerden que el bienestar es siempre en relación con los demás y mucho de él depende de nuestras decisiones.
Si deseas incrementar tu bienestar personal, conyugal u organizacional no dudes en consultarnos.
Miembro de la Asociación Internacional de Psicología Positiva
Lic. Roberto Martínez Hernández
Psicoterapeuta individual y parejas.
Cel: 099334647
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