Leer este post te insumirá unos 7 minutos y ponerlo en práctica un poco más...
Como les prometí sigo con el tema de los miedos, no tengan miedo, ja ja. Cuando el miedo manda se producen en nosotros una serie de cambios de conducta que nos hacen unas personas diferentes. Pensamos, reaccionamos, actuamos y sentimos de un modo distinto a lo que haríamos en un modo «normal» (si es que eso existe).
Como vimos en pos anterior , el miedo tiene un componente real, evolutivo y adaptativo. El miedo nos salva de situaciones peligrosas y evita que tomemos riesgos innecesarios de forma instintiva. Funciona a un nivel mayoritariamente inconsciente a diferencia de su gran compañero el «temor» que se sitúa a un nivel más consciente. El temor es una variante del miedo pero más razonada, producto de nuestra deliberación interna. Sin embargo ambos: temor y miedo, producen efectos negativos en nuestro bienestar.
Cuestionemos al miedo, «a qué le temo», «por qué siento miedo»
Cuando el miedo no funciona como debiera (de forma adaptativa) y lentamente se instala en nuestra vida es que comienzan los problemas. Supongamos que usted llega tarde a una reunión en la que sólo conoce a su pareja o un amigo. Usted será el centro de las miradas por un momento y eso lo pone muy nervioso; transpira, se agita, se tensionan sus músculos y mucho más. Su cerebro recibe y envía señales de alerta, las mismas que se usarían ante un miedo contundente como entrar en una desconocida caverna poblada de vaya a saber qué alimaña peligrosa. La respiración alterada es menos efectiva y su nivel de oxígeno baja, emociones de angustia y ansiedad afloran. Que nos digan o nos digamos: «No seas tímido» realmente no ayuda mucho. Este combate que entablamos con nosotros mismos no es efectivo y no conduce a ningún lado.
La Autoceptación es una sencilla técnica que funciona muy bien en la mayoría de los casos. Consiste en admitir de un modo consciente que la situación que estamos viviendo podrá no ser agradable pero de ahí a peligrosa dista mucho. Aceptamos que nos produce miedo, pero lo podremos manejar adecuadamente a partir de comprender la realidad.
«Nada allí nos hará daño o es peligroso, estaré bien.»
Debemos decirnos, mientras respiramos calmadamente inspirando profundamente y expirando muy lentamente. Pensemos que seguramente todos en la reunión también estarán pendientes de conocerme y darme una buena impresión y pasando por nervios similares pero «al otro lado del mostrador». Debemos admitir de un modo consciente que la situación es estresante pero está a la altura de mis capacidades.
Al miedo no se le gana combatiéndolo, es más, si pensamos en términos de combate ya estamos perdiendo. El miedo es parte de nuestro repertorio emocional y debemos aceptarlo. Sin embargo, debemos cuestionarlo apenas surja y revisar si la situación amerita tal miedo.
«Siempre somos más fuertes cuando no tratamos de combatir la realidad»
Nathaniel Branden
Esta técnica es útil en la mayoría de los miedos sociales y el primer paso en el tratamiento de miedos más intensos. Los invito a contarme qué tal llevan el tema del miedo en sus vidas. Recuerden que siempre es una buena idea consultar a un profesional para pedir ayuda y no vivir prisioneros de nuestra propia vida.
Cuídense, disfruten y sean conscientes de ello. Nos vemos en el próximo post.
Te invito a dejar tus comentarios e impresiones son muy importantes para mi.
Si deseas incrementar tu bienestar personal, conyugal u organizacional no dudes en consultarnos.
Deja tu comentario, duda o reflexión, será un gusto contestarte.
Lic. Roberto Martínez Hernández
Psicoterapeuta
Cel: 099334647
Mail: psicrobertomartinez@gmail.com
https://www.facebook.com/psicopos/
sudriers